Medicina Tradicional

LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA EN OCCIDENTE Y EN COLOMBIA (Primera entrega) En septiembre de 1978 tuvo lugar en Alma-Ata, Rusia, un evento promovido por la Organización…

LA MEDICINA TRADICIONAL CHINA EN OCCIDENTE Y EN COLOMBIA (Primera entrega)

En septiembre de 1978 tuvo lugar en Alma-Ata, Rusia, un evento promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sería considerado por muchos como revolucionario, pues propondría un cambio del paradigma en el ejercicio de los modelos de salud en el mundo para el año 2000 con su lema “salud para todos en el año 2000”. Incluía dentro de la definición de atención primaria en salud, los servicios que, entre otros, prestaban las personas “que practiquen la medicina tradicional en la medida en que se necesiten”.

Siguiendo con esta línea la OMS ha sido específica en su empeño de impulsar el uso de la medicina tradicional, complementaria y alternativa (MT/MCA). Para ello elaboró el documento “Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2002-2005” con la colaboración de representantes de sus países miembros, organizaciones no gubernamentales, comités de expertos y otros sectores especializados en materia de medicina tradicional.

En él se relata la realidad mundial del uso de la MT/MCA haciendo la diferenciación entre las medicinas tradicionalmente ancestrales que muchas veces
por sus costos y prácticas generalizadas son las únicas alcanzables por la población y las medicinas complementarias y alternativas (MCA) que sin ser oriundas de una región tienen cada vez más aceptación.

Para dar una idea de esto, presenta cifras del porcentaje de población que ha utilizado al menos una vez las MCA en Australia que es del 48%, en Canadá un 70%, en Estados Unidos un 42%, en Francia un 75% y en Bélgica un 38% Según la OMS en sus comunicados del Centro de Prensa, “el 90% de los servicios de tratamiento del dolor del Reino Unido y el 70% de Alemania incluyen la acupuntura entre los tratamientos que dispensan”.
Son varias las razones por las cuales las MCA tienen cada vez mayor demanda y aceptación entre la población de los países desarrollados en los cuales el aumento de la expectativa de vida trae mayor probabilidad de sufrir enfermedades crónicas y degenerativas. Para muchos las MCA ofrecen “medios más livianos de tratar dichas enfermedades”.

Sin embargo a mayor penetración de las MCA en un medio médico tradicionalmente manejado por la medicina alopática y vigilada por una legislación atenta a la entrada de nuevos “saberes” en la práctica médica, es entendible que quiera ejercerse control sobre la seguridad y eficacia de lo que se propone.

Aunque la eficacia de herramientas como la acupuntura está suficientemente comprobada mediante ensayos aleatorios para muchas patologías, la entrada y aceptación por parte de las comunidades científicas en muchos países occidentales es aun mirada con recelo. Para el año de promulgación del documento “Estrategia de la OMS sobre medicina tradicional 2002-2005” se estimaba que solo el 13% de los países miembros de la OMS habían desarrollado una política en MT/MCA.

Los Estados Miembros de la OMS de la mano de este Organismo Internacional se han comprometido promover la utilización de la medicina tradicional pero en muchos de ellos no se ha evidenciado el impacto de estas acciones, si es que se ha promovido alguna. La integración de esta medicina a los sistemas de salud requiere del impulso de políticas y el establecimiento de la reglamentación que garantice su ejercicio con seguridad, calidad y seguridad. Si bien la OMS ha asumido la posición de que la acupuntura, como otras terapias manuales y ramas de la MCA son eficaces para ciertas dolencias, también ha sido enfática en mencionar que se precisan mayores estudios y prácticas para lograr mayor validez y aceptación en los países que no son la cuna de ellas.

En Colombia, estado miembro de la OMS, la práctica de la MTCh, como de otras MCA ha llegado a tolerarse pero falta un gran trecho para que tenga el nivel de penetración necesaria para llegar a formar parte del Sistema de salud en su atención primaria. Hasta ahora y principalmente por la demanda por parte de los usuarios del Sistema de salud colombiano, se comienzan a abrir espacios a la MCA en el ámbito de las Empresas Administradoras de Beneficios (EAPB como EPS, Empresas de medicina prepagada, Entidades de régimen especial) y en Instituciones Prestadoras de Servicios de salud del régimen subsidiado y contributivo.

Tal vez en la medida en que entren a la oferta del mercado de la salud colombiano profesionales cada vez con mejores competencias y se incremente la investigación en MCA, los oídos de los Entes gubernamentales y de quienes toman las decisiones en materia de salud en el país, fijen su atención al gran aporte que puede hacerle al Sistema las MCA en el nivel de atención primaria.
En Colombia está aún lejano el momento en que se formulen políticas públicas que integren la práctica de la medicina alternativa y complementaria al Sistema médico.

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